“Que otros se jacten de las páginas que han escrito: a mí me enorgullecen las que he leído”. Borges, 1969
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Foto: Chema Madoz
UN LECTOR
Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
a mí me enorgullecen las que he leído.
No habré sido un filólogo,
no habré inquirido las declinaciones, los modos, la laboriosa mutación de las letras,
la de que se endurece en te,
la equivalencia de la ge y de la ka,
pero a lo largo de mis años he profesado
la pasión del lenguaje.
Mis noches están llenas de Virgilio;
haber sabido y haber olvidado el latín
es una posesión, porque el olvido
es una de las formas de la memoria, su vago sótano,
me di al estudio del lenguaje de hierro
que usaron mis mayores para cantar
espadas y soledades,
y ahora, a través de siete siglos,
desde la Última Thule,
tu voz me llega, Snorri Sturluson.
El joven, ante el libro, se impone una disciplina precisa
y lo hace en pos de un conocimiento preciso;
a mis años, toda empresa es una aventura
que linda con la noche.
No acabaré de descifrar las antiguas lenguas del Norte,
no hundiré las manos ansiosas en el oro de Sigurd;
la tarea que emprendo es ilimitada
y ha de acompañarme hasta el fin,
no menos misteriosa que el universo
y que yo, el aprendiz.
a mí me enorgullecen las que he leído.
No habré sido un filólogo,
no habré inquirido las declinaciones, los modos, la laboriosa mutación de las letras,
la de que se endurece en te,
la equivalencia de la ge y de la ka,
pero a lo largo de mis años he profesado
la pasión del lenguaje.
Mis noches están llenas de Virgilio;
haber sabido y haber olvidado el latín
es una posesión, porque el olvido
es una de las formas de la memoria, su vago sótano,
me di al estudio del lenguaje de hierro
que usaron mis mayores para cantar
espadas y soledades,
y ahora, a través de siete siglos,
desde la Última Thule,
tu voz me llega, Snorri Sturluson.
El joven, ante el libro, se impone una disciplina precisa
y lo hace en pos de un conocimiento preciso;
a mis años, toda empresa es una aventura
que linda con la noche.
No acabaré de descifrar las antiguas lenguas del Norte,
no hundiré las manos ansiosas en el oro de Sigurd;
la tarea que emprendo es ilimitada
y ha de acompañarme hasta el fin,
no menos misteriosa que el universo
y que yo, el aprendiz.
4 comentarios:
Buenos días María, me gustan mucho tus reflexiones y del poema de Borges me quedo con:
"la tarea que emprendo es ilimitada
y ha de acompañarme hasta el fin,
no menos misteriosa que el universo
y que yo, el aprendiz" es precioso.
¿Te gusta Lorca?
Un beso.
Hola Alicia, gracias por tus comentarios.Yo soy muy fan de Borges, tanto de su poesia como de su narrativa, especialmente de los cuentos.Y Lorca si, me gusta mucho, hace tiempo que no lo releo, me gusta mucho su "imaginario" y el mundo que refleja a traves de su poesia.Sus simbolos e imagenes son todo un modelo que han creado escuela poetica. Romancero gitano y poeta en Nueva York son mis preferidas.Yerma y la casa de bernarda alba en teatro me parecen insuperables por como retrata los ambientes axfisiantes y sobre todo la figura femenina.Una abrazo
Hola María, enhorabuena por tu blog, además de interesante es muy visual y original. Saludos, Marisa del Viejo
De Borges leí la Biblioteca de Babel... pero hace ya unos cuntos años. Me gustaría dedicarle tiempo a alguna de sus obras, pero la lista de libros es interminable. Un saludo y felices fiestas.
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