Las interacciones virtuales… ¿Sustituyen las relaciones personales convirtiéndolas en una nueva enfermedad?
¿Pervierte Internet las relaciones humanas? ¿Están las relaciones virtuales desprovistas de afecto?
¿Son éstas tan rápidas y furtivas como lo es la banda ancha? .
Idealizamos y exageramos las virtudes de nuestras conversaciones digitales.
Ya no se habla con la voz, la voz se ha dormido, ahora hablamos con los dedos, como el ancestral código que idearon chinos y japoneses que solían enzarzarse en las llamadas “charlas de pincel” aprovechando que ambas lenguas habladas son incomprensibles entre sí , pero sin embargo utilizan la misma escritura.
Entre el “me gusta”, o el simplista emoticono que pone cara a una sonrisa y un cálido beso o un mullido abrazo sigue existiendo una gran diferencia.