sábado, 28 de enero de 2012

LA PALABRA MUDA: "The artist"


 .."y con voz lenta, reunió lo disperso; sumó gestos y nombres, calor de tantas manos y luminosos días.." José Angel Valente

El 6 de octubre de 1927 se estrenó "El cantor de jazz (The Jazz Singer)", considerada la primera película sonora de la historia del cine, que hizo tambalear todos los planes del momento del cine mudo. Hacia 1930 el sonoro era un hecho, y el cine mudo había sido definitivamente vencido.

En el mundo de los actores se produjo el pánico, ya que temieron, y con razón, que sus voces no fueran adecuadas a los cambios, y todos fueron obligados a «pruebas de voz». A pesar de que la mayoría de los actores superaban las pruebas, actores significativos, aunque no por causa de la voz, quedaron en el camino (John Gilbert, Buster Keaton...).

"The artist" la maravillosa película dirigida por Michel Hazanavicius rinde homenaje al mejor cine y no solo al mudo. Desde Billy Wilder que hizo una versión de esta misma historia mucho más melodramática y corrosiva en "El crepúsculo de los dioses" hasta al mismísimo Hitchcock,de quien en forma de homenaje The artist toma prestada parte de la BSO de "Vértigo", con momentos a mi parecer, sobre todo en la parte final que se asemejan bastante a escenas de "Cantando bajo la lluvia". La maravillosa actriz, Bérénice Bejo,  recuerda a la mejor Silvia Sidney en "Las calles de la ciudad" y el Jean Dujardin un remedo entre un simpático Tintín y su inseparable Milú y el simple risueño Gene Kelly. La película se articula así en torno a tres momentos marcados por la historia del cine: cine mudo, sonoro y musical.



¿Pero es la voz que solo es CONCEDIDA a la mujer y no al hombre, la que transforma el acontecimiento en experiencia? 

¿"The artist" es un homenaje o telón de fondo, mecanismo de distracción, un foco con el que sofocar el vértigo sonoro e informativo que hoy en dia nos atormenta?

¿Es el cine mudo una quiebra, una fractura, con el que desaparece todo un torrente hermosamente teatral, lleno de sentimientos ocultos, mecidos al ritmo de silencios y de cruces de miradas interiores?

¿Porqué la palabra engulle al silencio?